sábado, 4 de febrero de 2012

Barreras de papel

...Fue una linda historia de amor...que me contaron y ahora voy a contar...del amor de Honorato y la niña Isabel...
Transcurría la época de la Buenos Aires Virreinal, una sociedad muy jerárquica y estratificada, donde las desigualdades no sólo derivaban de la riqueza sino también de las consideraciones étnicas.
No sólo estaba el blanco español y sus descendientes que se llamaban así mismos "gente decente", sino que también estaba el blanco pobre, indígenas,esclavos africanos, mulatos mestizos, zambos y otras mezclas.
En definitiva, una sociedad diversa y desigual.
En este marco transcurre esta historia. Isabel era hija de un importante hacendado español, nacida en Buenos Aires. Tenía 15 años. Sus padres ya habían arreglado su matrimonio con un español puro, como era de esperarse. Ella estaba ansiosa ya que toda la vida fue educada para el matrimonio.
No lo conocía aún, pero ya lo había aceptado.
Isabel pasaba todo el día entre costuras y bordados, zurcidos y yendo a misa.
Los fines de semana toda la familia dejaba la casa grande para ir a la estancia. Básicamente todo transcurría sin problemas para ella, ajena a lo que podía pasar a su alrededor.
Un domingo cuando Isabel volvía de rezar el rosario en la capilla de la hacienda, vio a un jóven que le llamó la atención. Se llamaba Honorato y era el hijo del capataz de la estancia. El le hizo un saludo con su sombrero, lo que ella le pareció muy impertinente y se alejó sonrojada.
Honorato tenía 17 años, siempre había apreciado a la niña, aunque no albergaba ninguna esperanza ni siquiera de amistad. En esa época era algo impensado.
El padre de Honorato era un blanco pobre, pero siempre se preocupó por la educación de su hijo y logró que la niñera de la familia le enseñara a leer y escribir.
Honorato se destacaba mucho en la poesía y al final de la jornada de trabajo en la estancia se dedicaba a escribir.
Desde aquel ocasional cruce con Isabel, éste pensó mucho en ella, y la mayoría de sus poesías estaban dedicadas a la niña.
Así se dio cuenta que se había enamorado, pero al saber que era algo inalcansable, se resignó a volcarlo sólo en papel.
La gente pobre del campo organizaba juegos y competencias donde podían demostrar sus habilidades en el manejo de caballos. Honorato era bueno en eso, así que decidió participar y como había terminado bien el día de cosecha, todos los empleados de la hacienda organizaron un baile.
Todas las "chinas" como se les llamaba comunmente, estaban ansiosas por ser sacadas a bailar, el cielito, la media caña,el gato y el pericón.
Honorato tomó coraje y dio un paso al frente. Divisa una muchachita que le llamó la atención. De cabellos claros con dos trenzas, lo miraba tímidamente. El le ofrece la mano y ella acepta enseguida. Se miran a los ojos, él la reconoce...era la niña Isabel! le había pedido ropa a la criada y se había escapado de la estancia para ir a verlo...
-Isabel, dice Honorato
-Esta noche soy simplemente la dueña de tus poesías...