jueves, 29 de octubre de 2009

LEYES DE MURPHY


Seguramente habrán oído hablar de la frase “si algo puede salir mal, saldrá mal”. Pues bien, este célebre adagio corresponde a una de las famosas leyes de Murphy, una forma cómica y mayormente ficticia de explicar los infortunios en todo tipo de ámbitos.
Pero veamos el origen de esta frase. Edward A. Murphy Jr. Fue un ingeniero que trabajó en la fuerza aérea de E.E.U.U, donde hizo una serie de experimentos con cohetes sobre rieles. Tras varios intentos fallidos, Murphy frustrado, le echó la culpa a su asistente diciendo: “si esa persona tiene una forma de cometer un error, lo hará” Piola este Murphy. ¿Dónde quedó el trabajo en equipo? Así como los éxitos, los fracasos también deben ser compartidos.
De cualquier forma la frase salió a la luz cuando se hizo una conferencia de prensa explicando el experimento. Alegaron que aplicaron la ley de Murphy, o sea que era importante considerar todas las posibilidades antes de hacer una prueba. Ahí se acordaron de incorporarse. ¿No?
De todos modos, vale rescatar el espíritu de la ley, la del principio de diseño defensivo. O sea el anticipar los errores que uno probablemente cometerá. De allí se puede partir, lo cual lleva a cuestionarse varias alternativas, lo que yo llamo “salidas de emergencia”.
También es parte de la prueba y error. Seguramente el que se encarga de experimentos e investigaciones estará de acuerdo…
Traigamos esta aplicación a la vida cotidiana:
Cuantas veces hemos oído decir: ¿Por qué siempre la tostada cae al piso del lado de la manteca?
Esta enfatización negativa también tiene su origen en la ley de Murphy.
Existe un estudio matemático que demuestra que efectivamente la tostada tiene más probabilidades de caer del lado de la manteca, pero es debido a otros factores. El principal es la altura de la mesa, por la que la tostada tiene tiempo de darse media vuelta no por el peso de la manteca como se supone, sino por la rotación propia a las condiciones iniciales de la caída. O sea sólo media vuelta, tiempo necesario para que caiga boca abajo... ¡Qué yeta! Dirían algunos….
Otros dirían: “La probabilidad que caiga boca abajo es proporcional al precio de la alfombra”
Como ésta, hay miles de leyes de Murphy adaptadas a la actualidad, sobre todo para ponerle un poco de humor a lo inevitable. Yo creo que tiene su lado positivo. Transformar la adversidad en algo beneficioso. ¿No?
He aquí mi preferida:
“Tan pronto como te pongas delante de una taza de café caliente, tu jefe te dirá que hagas cualquier cosa que no puedas dejar hasta que el café esté frío” (ley de Murphy para las secretarias)

miércoles, 21 de octubre de 2009

Luna

Rara vez nos ponemos a pensar en la luna…en realidad si, pero no de forma consiente.
¿Dónde andás? ¿En la luna de Valencia? Me gustaría saber qué particularidad tendrá ver la luna desde ese lugar.
Al igual que la mayoría de los dichos populares, éste ha sufrido ciertas transformaciones a lo largo del tiempo.
Como muchas ciudades de la Edad Media, Valencia estaba rodeada por una muralla en cuya parte exterior había emplazada una fortificación en semicírculo, conocida como luna en términos militares. Al caer el sol, las puertas de la ciudad quedaban cerradas y quien llegaba después debía pasar la noche fuera de ella. No le quedaba otro refugio que el de ese bastión. Quedarse (o estar) en la luna de Valencia se convirtió así en equivalente a estar varado. Existe otra versión del dicho, relacionada con el puerto valenciano. Por la precariedad de su muelle, los barcos debían esperar a que la marea les resultase favorable, lo que sucedía de acuerdo con el régimen lunar. Quien se hallaba en esta situación flotaba sin rumbo hasta que las condiciones fueran apropiadas. Estaba sujeto a la luna de Valencia.
Ese es el origen de esta expresión.
Otro dicho popular relacionado con nuestro satélite es ¿Dónde van de luna de miel? Ese sí me gusta…muy romántico…
Esta expresión proverbial se aplicaba originalmente al primer mes de matrimonio en el que supuestamente todo es agradable y dulce.
En la actualidad hace referencia sólo al tradicional viaje que realizan los recién casados. Parece que la expresión proviene de un antiguo proverbio árabe:
“la primera luna después del matrimonio es de miel y las que le siguen, de absinto o amargas, como el acíbar”
Otra célebre frase sería “me levanté alunado”. Es un modismo relacionado con la supuesta influencia que ejerce la luna sobre la mente humana.
Dada la rapidez con que la luna se desplaza por el Zodíaco (28 días), permaneciendo poco tiempo en cada signo, se le hace responsable de los cambios súbitos de humor.
Cuando esta aliteración del carácter se hace crónica, a ojos de los observadores, se decía que el sujeto era un lunático, que había perdido el juicio o tenía un humor muy voluble.
Así nos vamos dando cuenta la cantidad de veces que la luna es protagonista ¿no?
Hubo un gran momento en la historia donde mucha gente le dio importancia a la luna. Cuando el hombre por fin pudo llegar a ella. Justamente hace 40 años.
Se tejen varias hipótesis al respecto. Algunos lo llamaron “el mayor fraude del siglo XX”, diciendo que el alunizaje se simuló en un estudio de televisión.
Uno de los cuestionamientos de los escépticos fue por qué flameaba la bandera si en la luna no hay viento. Por qué las sombras que se aprecian en la transmisión no estaban orientadas en la misma dirección. Así como también los elementos, como las patas de los módulos, estaban demasiados limpias….en fin.
Yo prefiero creer que es cierto. Sería muy necio pensar que no lo es, más cuando los yankees se disputaban el primer puesto con Rusia, era una carrera contra el tiempo. Pero esa es otra historia.
Misteriosa, casi todas las culturas le asignaron una sexualidad femenina, desde la egipcia Isis a la griega Selene, Luna para los romanos, pasando por la incaica Quilla.
Tema preferido de enamorados y poetas.
De chica me gustaba contemplarla desde el campo de mi abuelo, lejos de las luces de la ciudad, donde la vía láctea era imponente.
¡Ojo! También tiene poderes curativos…pero eso merece otro capítulo…
¿Y vos qué ves cuando mirás la luna?